patos chinos del Brasil
el otro día regresaba de hacer ejercicio cuando fui embestido en mi cuarto por un montón de patos chinos del Brasil. Protestaban por su intempestivo abandono. “No”, les dije, “yo no los he abandonado. Eso nunca”. Pero los patos chinos del Brasil me miraron como si ya lo hubieran visto todo en este mundo. Yo les dije: “Muchachos, tienen que entenderme, últimamente ando como un loco, ya no tengo tiempo ni de pensar en ustedes”. Todo por esta chica que me tiene como un estropajo. “Ustedes saben que lo son todo para mí”, les dije, y luego se los repetí: “lo son todo para mí, como el gato, como esa chica que conocí el año nuevo del 2001 y que seguí hasta que se quedó dormida”. Nunca le hablé pero la recuerdo como una gran chica. “Además, ustedes son lo mejor que alguna vez he inventado”. Y me fui como quien se va a Blockbuster a alquilar la primera y la segunda temporada de nip/tuck.
el otro día regresaba de hacer ejercicio cuando fui embestido en mi cuarto por un montón de patos chinos del Brasil. Protestaban por su intempestivo abandono. “No”, les dije, “yo no los he abandonado. Eso nunca”. Pero los patos chinos del Brasil me miraron como si ya lo hubieran visto todo en este mundo. Yo les dije: “Muchachos, tienen que entenderme, últimamente ando como un loco, ya no tengo tiempo ni de pensar en ustedes”. Todo por esta chica que me tiene como un estropajo. “Ustedes saben que lo son todo para mí”, les dije, y luego se los repetí: “lo son todo para mí, como el gato, como esa chica que conocí el año nuevo del 2001 y que seguí hasta que se quedó dormida”. Nunca le hablé pero la recuerdo como una gran chica. “Además, ustedes son lo mejor que alguna vez he inventado”. Y me fui como quien se va a Blockbuster a alquilar la primera y la segunda temporada de nip/tuck.
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